El vuelo
desde Manaus hasta Rio de Janeiro demoró casi cinco horas, en las
cuales no descansé muy bien pues escogí un asiento localizado al
final del avión, el cual no se podía reclinar (sin duda, aprendí
la lección a la hora de escoger el asiento). Mi vuelo arribó a las
nueve de la mañana. Una vez en el aeropuerto Galeão (Rio cuenta con
dos aeropuertos), y como ya era de costumbre, pedí un mapa de la
ciudad en el punto de informaciones turísticas, armé mi bicicleta,
puse encima de ella mi equipaje y comencé a pedalear. Ya había
visitado la capital Carioca hacía un tiempo pero no había andado en
bicicleta en ella, por lo cual estaba muy emocionado.
Mi destino
al salir del aeropuerto era el apartamento en donde vive una persona
del sur de Brasil (Roger Brinkmann) que se había mudado a Rio de
Janeiro, a quien contacté gracias a un gran amigo que hice durante
mi intercambio en Univates (gracias por el contacto Bruno Zanatta).
Antes de salir de Colombia, le escribí a Roger sobre mi deseo de
pasar unos días en esa ciudad y que estaba buscando un lugar para
colocar mi aislante térmico en el suelo, un baño, y un espacio para
dejar mi bicicleta y equipaje durante los días de mi visita. Para
tener una idea de lo que cuesta pasar unos días en Rio, una noche en
un Hostal cuesta entre R$20 y R$30 (en temporada baja, claro). Al
enterarse del motivo de mi viaje y de que pensaba pedalear desde
Brasil hasta Colombia, Roger consultó con otro colega (Marlos
Abbati) con quien dividía el arriendo del apartamento. Los dos, muy
amablemente, aceptaron acogerme durante esos días.
Cuando se
sale del aeropuerto Galeão se entra en una autopista llamada Linha
Vermelha (línea roja en español), la cual tiene un flujo
considerable de autos y camiones que transitan a no menos de 100
Km/h. Debo confesar que al principio me sentí intimidado con esta
autopista, en la cual no es permitido el tránsito de ciclistas, pero
que es la única vía que comunica la ciudad de Rio con este
aeropuerto. No habiendo otra opción, entré en la Linha Vermelha
rumbo al apartamento de Roger y Marlos. Preguntando y guiándome en
el mapa, llegué en horas de la tarde a mi destino, en donde fui
recibido por Roger. Ya instalado en el apartamento, descansé durante
el resto de la tarde pues tenía pensado dar una vuelta en bicicleta
por los puntos turísticos de la ciudad al día siguiente.
Finalmente
había llegado el día de rodar en la Cidade Maravilhosa. El día
anterior le había quitado todo el equipaje a mi bicicleta, dejándola
apenas con dos pequeños porta accesorios y las caramañolas. Me puse
mi camisa de ciclismo de Bogotá, la cual había ganado recientemente
en una competencia de ciclomontañismo representando a mi Universidad
y comencé el trayecto. El primer punto a visitar era el mítico
estadio Maracanã, el cual está en reformas y que será donde se
jugará la final del mundial de fútbol de 2014. Después de unas
fotos en frente del estadio, el siguiente punto era la famosa estatua
del Cristo Redentor (en Bogotá también hay un monumento semejante,
la Virgen de Guadalupe). Se venía en frente una gran subida.
Afortunadamente, los entrenamientos en Bogotá subiendo al Alto de
Patios y a la Virgen de Guadalupe fueron de gran ayuda. Al cabo de
unos kilómetros subiendo llegué al mirador Dona Marta, en donde se
puede apreciar una vista de postal de la ciudad Carioca. Retomando la
subida, después de unos minutos se llega a la estatua del Cristo
Redentor donde la vista es también espectacular. El valor del
ingreso es bastante caro (unos R$ 30) y decido no entrar (ya había
pagado ese ingreso en mi anterior visita a Rio).
La montaña
del Cristo Redentor hace parte del Parque Nacional Barra da Tijuca.
En este parque se encuentran otros puntos turísticos de la ciudad,
rutas de escalada en roca, pequeñas cascadas y más miradores para
apreciar la ciudad, entre otros. Me dirigía ahora hacía la Vista
China. Unos metros después del Cristo me encontré con unas personas
que estaban escalando, me acerqué a ellas y pregunté si podía
subir una vez. Ante la respuesta afirmativa que recibí, no
desaproveché la oportunidad. Continué con mi camino, esta vez en
terreno plano y también descendiendo. Después de unos kilómetros,
me encontré con otro ciclista (Romeu Fachin), a quien le pregunté
como llegar a la Vista China pues se me hizo raro no ver ningún
aviso indicando hacia donde ir. Él me dio las indicaciones y me
explicó en el mapa que me había salido del trayecto que había
planeado en una bifurcación. Decidí corregir mi camino y
aprovechando que Romeu iba en el mismo sentido que yo, ya no estaba
pedaleando solo. En la pedaleada le conté un poco sobre mi viaje.
Después de repetir los kilómetros que había descendido (esta vez
en sentido contrario) comenzaba un gran descenso hasta el barrio Alto
da Boa Vista, donde fui invitado a almorzar por mi colega ciclista.
Después de retomar energía y con las indicaciones de como seguir mi
trayecto, me despedí de Romeu, quien ya iba para su casa, y continué
mi pedaleada.
Finalmente
llegué a la Vista China, en donde hice una pequeña parada y
continué rumbo a las playas de Ipanema y Copacabana. Es realmente
muy agradable pedalear por la ciclorutas de las playas y alrededores.
Rio es una ciudad con una fuerte cultura deportiva (no en vano será
la sede de las próximas Olimpiadas), en donde muchas personas
aprovechan los variados espacios de esparcimiento que tiene la ciudad
para ejercitarse. Después de pasar por las playas era hora de volver
al apartamento de Marlos y Roger, punto en el que totalicé 110 Km
rodados en esa jornada. El día siguiente volvería a la playa, pero
sin bicicleta en esta ocasión. Se disfruta mucho de un día de
playa, brisa y mar cuando vienes de una ciudad en donde el mar está
a varios cientos de kilómetros de distancia.
De esta
forma aproveché mi viaje rumbo a Porto Alegre para dar un paseo en
bicicleta en la bella capital Carioca. Agradezco a mis amigos Roger y
Marlos por haberme ayudado a realizar este sueño de rodar en la
capital de la samba.
De nuevo
con el equipaje en la bicicleta, fui hasta el aeropuerto Galeão para
tomar mi vuelo rumbo a la capital Gaucha.
En el
siguiente relato contaré un poco de mi experiencia en la ciudad de
Lajeado.
Alejandro como estas, soy Mauricio Muriel de Colombia, pienso viejar por tierra hasta rio de janeiro, agradezco mucho toda la info que me has dado en tu Blog, tu conoces a alguien en Rios de Janeiro que me pueda recibir, obviamente que me cobre la estadia desde el 21 de junio hasta el 28 de Junio, son 7 noche y ojala no sea tan costoso, me podrias recomentar alguien en rio que me de la mano??
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